La aparición de los siguientes síntomas puede sugerir que el paciente sufre disfagia:
Rechazo a los alimentos y bebidas
Tos durante o después de las comidas
Atragantamientos al comer
Regurgitación nasal:
Consiste en el regreso sin esfuerzo del alimento tragado hacia las fosas nasales.
Después de la deglución:
El paciente tiene la voz como húmeda o la sensación de que tiene algo en la garganta.
Babeo
Sensación de que la comida se pega en la garganta
Retención del alimento en la boca por periodos prolongados
Dificultad al masticar
Infecciones respiratorias recurrentes
Si detecta alguno de estos síntomas consulte con un especialista.
Algunas complicaciones de la disfagia pueden ser:
En ocasiones, estos problemas en la capacidad de tragar pueden provocar que los alimentos o bebidas se “vayan por otro lado”, hacia los pulmones y se generen infecciones, este efecto se denomina aspiración.
Los pacientes tienden a no beber lo suficiente por miedo a atragantarse.
Los pacientes comen menos y esto les lleva a perder peso.
El tratamiento nutricional puede contribuir significativamente a la seguridad y la calidad de vida de los pacientes con disfagia.
Su especialista le ha recomendado adaptar la textura de sus alimentos y bebidas a la viscosidad que considera más segura para usted.
Así se podrá evitar que los alimentos y bebidas pasen a las vías respiratorias y usted se sentirá más seguro y no rechazará las comidas evitando el potencial riesgo de desnutrición.
También le habrá recomendado una serie de posturas y hábitos que le facilitarán poder tragar alimentos y bebidas de una forma más segura.
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